Considerado monumento de Xelajú, por su gran belleza e importancia arquitectónica, y pintado y alagado por muchos artistas locales y extranjeros. Utilizado para el paso peatonal en tiempos de lluvia cuando las correntadas del río que por allí pasaba obstaculizaban el paso y dejaba incomunicada la ciudad de Quetzaltenango.
Su elaboración en 1883 fue originalmente tallado en piedra, pero ha recibido varias remodelaciones con el pasar del tiempo.
Esta es una de las evidencias que en Xela el pasar del tiempo se siente poco. Cada vez que llego por allí, me encanta sentir el aroma de la leña que se mezcla con el frío de las tardes.
Se puede imaginar a los enamorados reuniéndose debajo del puente a la luz de la luna. A los niños jugando en su cima, mientras ahora se puede ver a la gente caminando por debajo de esta bella y antes muy útil estructura.
Como siempre los invito a que cuando visiten Xela, le den una breve visita a tan histórico puente.